El Museo Nacional de
la Arquitectura del Palacio de Bellas Artes exhibe a partir de ayer una
exposición fotográfica con 65 imágenes sobre la obra de Luis Barragán,
el arquitecto mexicano más importante del siglo XX, como parte de un
homenaje que se le ofrece a 110 años de su nacimiento.
Además de la exposición, la editorial RM ha publicado el libro La Casa de Luis Barragán, el cual nos lleva a través de un recorrido visual por los bellos rincones arquitectónicos y estéticos de la construcción, catalogada como Patrimonio de la Humanidad en la lista de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en 2004.
Barragán nació el 9 de marzo de 1902 en Guadalajara, Jalisco, donde hizo sus estudios profesionales y se graduó como ingeniero civil y arquitecto en 1925. Viajó a Europa donde se dejó impresionar por la belleza de los jardines de las ciudades donde estuvo, despertando su interés por la arquitectura del paisaje.
Regresó a Guadalajara donde se dedicó a la construcción de residencias que le valieron apariciones en revistas estadounidenses e italianas. En 1936 se trasladó a la Cuidad de México para establecerse definitivamente y en 1940 inició la construcción de residencias y departamentos en la colonia Cuauhtémoc.
Su famoso hogar, ubicado en los números 12 y 14 de la calle General Francisco Ramírez, colonia Daniel Garza, en la Ciudad de México, fue construido a partir de 1947, asentado en un barrio popular de Tacubaya, respetando los valores de urbanidad que siempre le fueron cercanos.
De acuerdo con los conocedores de su obra, la importancia de Luis Barragán radica en su interés por establecer normas de construcción de espacios armónicos que fueran amigables con el ambiente natural, a fin de evitar destruirlo e interferir totalmente en la belleza del paisaje.
En 1976 el Museo de Arte Moderno de Nueva York presentó la primera exposición sobre su obra y publicó el libro-catálogo de Emilio Ambasz. Esto lanzó a Barragán a la fama internacional. Ese año recibió en México, el Premio Nacional de Ciencias y Artes. En 1980 recibió el premio Pritzker.
La enfermedad de Parkinson se hizo presente y lo minó hasta impedirle trabajar. Volvió por última vez a Guadalajara en 1985, donde recibió el Premio Jalisco de Arquitectura. Luis Barragán murió el 22 de noviembre de 1988 en su casa de Tacubaya, en la Ciudad de México.
Sus restos fueron trasladados a Guadalajara y ahora reposan en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres.
Además de la exposición, la editorial RM ha publicado el libro La Casa de Luis Barragán, el cual nos lleva a través de un recorrido visual por los bellos rincones arquitectónicos y estéticos de la construcción, catalogada como Patrimonio de la Humanidad en la lista de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en 2004.
Barragán nació el 9 de marzo de 1902 en Guadalajara, Jalisco, donde hizo sus estudios profesionales y se graduó como ingeniero civil y arquitecto en 1925. Viajó a Europa donde se dejó impresionar por la belleza de los jardines de las ciudades donde estuvo, despertando su interés por la arquitectura del paisaje.
Regresó a Guadalajara donde se dedicó a la construcción de residencias que le valieron apariciones en revistas estadounidenses e italianas. En 1936 se trasladó a la Cuidad de México para establecerse definitivamente y en 1940 inició la construcción de residencias y departamentos en la colonia Cuauhtémoc.
Su famoso hogar, ubicado en los números 12 y 14 de la calle General Francisco Ramírez, colonia Daniel Garza, en la Ciudad de México, fue construido a partir de 1947, asentado en un barrio popular de Tacubaya, respetando los valores de urbanidad que siempre le fueron cercanos.
De acuerdo con los conocedores de su obra, la importancia de Luis Barragán radica en su interés por establecer normas de construcción de espacios armónicos que fueran amigables con el ambiente natural, a fin de evitar destruirlo e interferir totalmente en la belleza del paisaje.
En 1976 el Museo de Arte Moderno de Nueva York presentó la primera exposición sobre su obra y publicó el libro-catálogo de Emilio Ambasz. Esto lanzó a Barragán a la fama internacional. Ese año recibió en México, el Premio Nacional de Ciencias y Artes. En 1980 recibió el premio Pritzker.
La enfermedad de Parkinson se hizo presente y lo minó hasta impedirle trabajar. Volvió por última vez a Guadalajara en 1985, donde recibió el Premio Jalisco de Arquitectura. Luis Barragán murió el 22 de noviembre de 1988 en su casa de Tacubaya, en la Ciudad de México.
Sus restos fueron trasladados a Guadalajara y ahora reposan en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres.
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